Patrik Antonius y Gus Hansen eran jóvenes promesas del tenis y, tras haber peloteado en la última final del EPT en Montecarlo, a Patrik le quedó claro que Hansen le pegaba muy bien a la bola, ganándose su respeto.
A raíz de aquél encuentro se plantearon jugarse un partido completo, en el que cada uno pondría 100.000$ en juego y que en principio se iba a haber jugado en Marzo o Abril, pero que debido a sendas pequeñas lesiones, en el cuello de Antonius y en la mano de Hansen, seguramente acabe disputándose en otoño.
Antonius, como decía, respeta mucho a su oponente, del que dice que en estos momentos está en mejor forma que él, pero que confía en sus posibilidades y que sólo necesita un poco de preparación de aquí a que se celebre el partido que, según el mismo Antonius comenta, podría incluso televisarse dado el interés que ha generado (televisar un partido de tenis entre dos jugadores de poker... es que estamos a años luz...)
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