Cuando creé este blog me dije a mi mismo que no iba a poner ni historias de bad-beats, ni off-topics, ni historias personales... bien, va a quedar demostrado que no puedo cumplir lo que digo. Voy a hacer una excepción porque creo que lo que me ocurrió anoche es algo excepcional (al menos para mí), además de que es algo de lo que podremos obtener moraleja.
Anoche fuí en visita de trabajo al club ACES de Mijas, y como siempre que pasamos por allí, acabamos jugando un torneíto (en mi caso fueron tres).
El caso es que, en el heads-up final de uno de ellos, coincidí con mi amigo Rio Rossi, uno de los gerentes del club y con el que tengo una magnífica relación. Ambos estábamos bastante igualados en fichas y, tras varios envites, conseguí adueñarme de sus fichas y dejarle tan sólo con 300 (el total de la mesa eran 30.000). Las ciegas estaban en 400/800, sin ante, por lo que estaba en All-in sin poner incluso la SB. Hasta aquí todo normal, como en cualquier heads-up que se precie. Bien, pues mi amigo comenzó a hacer valer el ya famoso "una ficha, una silla", y all-in tras all-in (si no recuerdo mal fueron 7 consecutivos), llegó a igualarme.
Siempre de muy buen rollo y con las risas por la situación absolutamente increíble, de nuevo llegaron las jugadas "normales". Perdí una buena oportunidad cuando, estando yo en la SB y teniéndole aún cubierto, tiré mi J2off (por no hacerle caso a Harrington que dice que en un Heads-up como mínimo hay que hacer siempre call) y el me enseñó 23off. En la mano siguiente, me llevé el pot al subirle desde la BB a su call y la siguiente fué la peor de toda la noche...
El dealer me reparte AA en la SB y decido tenderle una trampa para llevarme la mayor cantidad de fichas posibles por lo que sólo hago call. Él me decepciona pasando para ver el flop gratis. Éste viene Q A 6 todo corazones. Él hace check, y yo le meto la apuesta mínima a lo que él responde con all-in. Sensación agridulce. Sabía que no tenía el color y yo tenía mi pequeño trío de ases. Veo y, efectivamente descubro su semi-farol con 78off, aunque el 8 era de corazones. Nada en el turn y... diez de corazones en el river...
Con las pocas fichas que me quedaron hizo de mi lo que quiso y finalmente se llevó el gato al agua. Me remontó desde 300 fichas y me ganó. "El mundo puede ser un lugar maravilloso Salinas", pensé.
Bueno, y, ¿cuáles son las moralejas que yo saqué de aquí?
1- Que, efectivamente, una ficha, una silla y la esperanza nunca hay que perderla.
2- Que el poker de torneos es apasionante y más cuando tienes la opción de repartir tu premio para reconocerle a tu rival las circunstancias como hizo Rio conmigo, que en ningún momento de la partida pidió repartir y lo hizo cuando todo finalizó.
En fín, la remontada más espectacular que yo he visto nunca en una mesa de Hold'em y que sin duda tardaré mucho tiempo en olvidar. Espero no haberos aburrido demasiado.
Anoche fuí en visita de trabajo al club ACES de Mijas, y como siempre que pasamos por allí, acabamos jugando un torneíto (en mi caso fueron tres).
El caso es que, en el heads-up final de uno de ellos, coincidí con mi amigo Rio Rossi, uno de los gerentes del club y con el que tengo una magnífica relación. Ambos estábamos bastante igualados en fichas y, tras varios envites, conseguí adueñarme de sus fichas y dejarle tan sólo con 300 (el total de la mesa eran 30.000). Las ciegas estaban en 400/800, sin ante, por lo que estaba en All-in sin poner incluso la SB. Hasta aquí todo normal, como en cualquier heads-up que se precie. Bien, pues mi amigo comenzó a hacer valer el ya famoso "una ficha, una silla", y all-in tras all-in (si no recuerdo mal fueron 7 consecutivos), llegó a igualarme.
Siempre de muy buen rollo y con las risas por la situación absolutamente increíble, de nuevo llegaron las jugadas "normales". Perdí una buena oportunidad cuando, estando yo en la SB y teniéndole aún cubierto, tiré mi J2off (por no hacerle caso a Harrington que dice que en un Heads-up como mínimo hay que hacer siempre call) y el me enseñó 23off. En la mano siguiente, me llevé el pot al subirle desde la BB a su call y la siguiente fué la peor de toda la noche...
El dealer me reparte AA en la SB y decido tenderle una trampa para llevarme la mayor cantidad de fichas posibles por lo que sólo hago call. Él me decepciona pasando para ver el flop gratis. Éste viene Q A 6 todo corazones. Él hace check, y yo le meto la apuesta mínima a lo que él responde con all-in. Sensación agridulce. Sabía que no tenía el color y yo tenía mi pequeño trío de ases. Veo y, efectivamente descubro su semi-farol con 78off, aunque el 8 era de corazones. Nada en el turn y... diez de corazones en el river...
Con las pocas fichas que me quedaron hizo de mi lo que quiso y finalmente se llevó el gato al agua. Me remontó desde 300 fichas y me ganó. "El mundo puede ser un lugar maravilloso Salinas", pensé.
Bueno, y, ¿cuáles son las moralejas que yo saqué de aquí?
1- Que, efectivamente, una ficha, una silla y la esperanza nunca hay que perderla.
2- Que el poker de torneos es apasionante y más cuando tienes la opción de repartir tu premio para reconocerle a tu rival las circunstancias como hizo Rio conmigo, que en ningún momento de la partida pidió repartir y lo hizo cuando todo finalizó.
En fín, la remontada más espectacular que yo he visto nunca en una mesa de Hold'em y que sin duda tardaré mucho tiempo en olvidar. Espero no haberos aburrido demasiado.
2 comentarios:
No nos has aburrido, nos has hecho ver que esas remontadas no solo pasan en internet.
Por cierto, estaría bien que nos explicaras a los que no hemos estado como es el club de Mijas, y porque no, como era el tuyo de Malaga.
jejeje, insistí mucho en que no lo hiciera, pero según el mismo dijo: "You know I love you, Raul, I can't do this to you"... cuando un hombre se pone así de tierno...
De todas formas, la diferencia entre premios no era mucha.
De la noche me quedé con que quedé ITM en dos de los tres que jugamos... y en el que no me echó otro bad beat, así que salí super satisfecho.
Cuento contigo entonces para dentro de dos martes, grischuk.
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